El origen de Fanta

Todo el mundo conoce el origen de la Coca-Cola como una medicina que aliviaba el dolor de cabeza y las nauseas pero... ¿Qué sabemos del origen de la Fanta? ¿Fue fruto de una reunión de marketing buscando nuevas ideas? ¿O hubo algo más?

Antes de estallar la Segunda Guerra Mundial Coca-Cola tenía 43 fábricas en Alemania y 9 más en construcción, vendiendo 4,5 millones de botellas al año. El Mariscal Hermman Göring permitía la importación del ingrediente secreto 7x, ya que pretendía nacionalizar la empresa y apropiarse de la formula, pero la guerra lo cambió todo. Coca-Cola se convirtió en una marca non grata y se cerró el comercio exterior, haciendo imposible conseguir los ingredientes necesarios para producir el sirope de la Coca-Cola, que solo se podían suministrar desde los Estados Unidos.
Ray Charles, americano a cargo de las operaciones de Coca-Cola en Alemania, murió en 1938 sucediéndole su mano derecha, el teutón Max Keith. El gobierno alemán le puso al cargo de las propiedades de Coca-Cola en los territorios ocupados, pero a través de la fabrica de Suiza, territorio neutral, consiguió mandar un mensaje a la compañía comunicándoles que intentaría mantener la empresa a flote. Al no poder seguir produciendo Coca-Cola creó un refresco diferente, de colores vivos y que recordaba a la cerveza de jengibre. Se fabricaba con los ingredientes sobrantes de otras compañías alimentarías como el suero de leche, necesario para fabricar los quesos cremosos, y la fibra de manzana que sobraba de la fabricación de la sidra. Aparte se incluía en la formula diversas frutas, dependiendo de cuales estuvieran disponibles en ese momento. Al principio se endulzaba con sacarina, ya que el azúcar estaba rigurosamente racionado, hasta que en 1941 se les permitió usar un 3,5%, lo que contribuyó a su éxito, ya que le gente no lo usaba solo como refresco sino para dar sabor a sus platos o endulzar tes.
Para dar nombre al producto Keith propuso un concurso entre sus empleados alemanes, pidiendo que dejaran volar su Fantasie, imaginación en alemán. Joe Knipp un vendedor veterano bautizó la bebida como Fanta. Rápidamente alcanzó un gran éxito vendiendo 3 millones de botellas en 1943, lo que le permitió mantener todas las fábricas de Coca-Cola y a sus empleados.
Durante la guerra la comunicación con la central de Coca-Cola fue imposible, por lo que en Atlanta no sabían si Keith estaba trabajando para ellos o para los nazis. Cuando termino la guerra Coca-Cola constituyó una comisión de investigación para investigar las acciones de Keith durante la contienda que concluyó que Max Keith, aunque debía fingir que trabajaba para el gobierno alemán y en ocasiones les fueron requisados sus camiones para el transporte de agua, nunca fue un nazi, negándose a pertenecer al NSDAP a pesar de las fuertes presiones de su entorno. Podría haber hecho una fortuna vendiendo Fanta bajo su propio nombre, sin embargo, mantuvo funcionando todas las plantas y escondió y protegió a todos los trabajadores americanos de Coca-Cola que se encontraban en Europa durante el conflicto. Gracias a sus esfuerzos Coca-Cola pudo restablecer la producción en Alemania nada mas terminar la guerra por lo que en Atlanta se le recibió como a un héroe, haciéndole participe de los beneficios obtenidos por su nueva bebida.
Hoy en día Fanta se vende en 188 países contando con 70 sabores diferentes (¡incluso de pepino!) asociándose a conceptos como la amistad, la juventud y la imaginación y después de leer esta historia cada vez que la pruebe saborearé la lealtad, el esfuerzo, y la lucha por la libertad.

2 comentarios:

María dijo...

Es genial esta historia!!

Dr. Maldades dijo...

Impresionante relato. Ya podría Spielberg hacer una película sobre Max Keith.
Aprovecho para recomendar la divertidísima comedia "Uno, dos, tres" de Billy Wilder sobre un ejecutivo de Coca Cola en la Alemania occidental que quiere exportarla a la unión soviética.

Y ahora me voy a tomar una fanta en honor a la libertad acompañada con Vodka en honor a la diersión.