El malvado libro del miércoles

La primera vez que recuerdo haber ido a la feria del libro de Madrid tenía 9 años. No pasábamos por una buena época económica en mi casa y recuerdo que no saliamos mucho los fines de semana. Mi madre se animó y decidió que teníamos que hacer algo. Y qué mejor que un paseo por el parque del retiro viendo puestos de libros.

Fuimos en metro con mi hermana en el carrito (ahora vivo enfrente del parque del retiro pero en aquella época vivíamos en la casa de mi abuela en Vallecas) y allí nos plantamos. Recuerdo que me maravillé con tantísima gente y tantísimas casetas llenas de tantísimos libros diferentes. Por aquella, el único libro-libro (nada de mariquitadas del barco de vapor) que había leído era "Midgar", una novela de fantasía basada en el ragnarok de la mitología nórdica plagada de sangrientas muertes y de la que, si me apetece, desbarraré en otra ocasión. La experiencia fue muy satisfactoria así que iba animado viendo libros. Yo tenía una comprensión bastante inusual de la realidad para alguien de mi edad en aquel momento así que no me hice ilusiones con que me compraran ningún libro, ya tenía una biblioteca muy maja en el cole llena de libros de el barco de vapor...
Pero hete aquí que cuando nos paramos en la caseta de alfaguara mi madre se quedó mirando una reedición de "La historia interminable" del señor Michael Ende. "Tienes que leerte este libro" me dijo. Yo ya había visto la película (la primera, la buena) y, aunque me gustó, me parecía un poquito rollo leerme cosas que ya había visto en una película. Además, yo quería muertes sangrientas y Dioses dándose martillazos. Mi madre ni se lo pensó un momento y me lo compró diciéndome lo mucho que le gustó a ella cuando se lo leyó así que volví a casa contento por haber vuelto con algo

No voy a ponerme en plan Charles Dickens diciendo que nos quedamos una semana sin comer por comprarme el libro ni nada, pero aprecié el esfuerzo que hizo mi madre así que lo menos que podía hacer era leermelo, por mucho que ya lo hubiera visto en la peli.

Me enganchó. Jo como me enganchó. Las dos realidades, la de atreyu en tinta roja y la de su lector Bastian Baltasar Bux en verde, estimulando mis sentidos en una colorida lectura. Hay gente que se quejó de los colores alegando que no podían leer mucho sin que les doliera la cabeza. Para mí fue una droga. Estaba obsesionado por cómo seguía la historia. ¡Oye! había detalles que no salían en la peli, extendían escenas, explicaban más las tramas, no estaba mal.
Y cuando llegaron a la parte donde terminaba la peli... ¡No iba ni por la mitad del libro! ¡Bastian se metía en el mundo de Fantasia y tenía que ayudar a Atreyu! Quedé alucinado.
Durante dos semanas me estuve llevando el libro al cole para leer en los trayectos en metro y en el recreo donde viví en una burbuja hasta que me lo terminé.
La pasión que sentí leyendo "La historia interminable" de Michael Ende la volví a sentir en muchas más ocasiones, pero nunca con esa intensidad. Aún tengo ese libro que me regaló mi madre sobreviviendo a las muchas mudanzas que tuvimos y no hay libro que pueda recomendar más a niños, jóvenes, adultos, yayos y seres extraplanarios para aficionarse a la lectura... aunque no salgan Dioses nórdicos.

Dr.Maldades